Neurobiología de las personas adictas al internet.



Neurobiología de las personas adictas al internet.

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 En los últimos años ha aumentado el número de investigaciones cuyo objetivo fundamental es identificar los cambios funcionales y estructurales que se producen en el cerebro de personas con adicción a internet y a las nuevas tecnologías, para, en última instancia, poder comprender los efectos neurológicos y psiquiátricos que ésta provoca.

Alteraciones neuroquímicas en las personas con adicciones a internet
Según Holden (2001), en las adicciones conductuales, al igual que en las adiciones a sustancias, intervendría el circuito de refuerzo dopaminérgico que incluye el núcleo accumbens e hipocampo. Teniendo en cuenta que el circuito del refuerzo está activado constantemente en la medida en que nuestra vida necesita de gratificaciones, cualquier conducta puede potencialmente llegar a convertirse en adictiva (Beck, Wright, Newmann y Liese, 2010). Así, considerando el circuito del refuerzo, los niveles de dopamina y la actividad metabólica en determinadas áreas cerebrales, parece evidente que el modelo de adicción a las sustancias puede extenderse a conductas (Holden, 2001). A nivel neurobiológico, los estudios se basan igualmente en el modelo del refuerzo, del circuito dopaminégico (Gutiérrez, Rubio y Rodríguez, 2013; Montag y Reuter, 2015) y del mismo modo que en una persona adicta a una sustancia, este tipo de adicción desemboca en una serie de cambios neurológicos. Es decir, tendría lugar una neuroadaptación de los circuitos que llevaría al mantenimiento de la conducta (Montag y Reuter, 2015). En el caso de la adicción a internet o las redes sociales, la gratificación recibida cuando se ejecutan estas conductas se asemeja al tipo de activación en el circuito de la recompensa que provocan otros trastornos adictivos. Del mismo modo que en estos, se encuentra una disminución del nivel de dopamina, así como de los receptores D2 en el circuito de la recompensa, en subdivisiones del cuerpo estriado, como el caudado dorsal bilateral y el putamen derecho, regiones implicadas en el control de impulsos y procesamiento de recompensas (Park et al., 2010; Zhu, Zhang y Tian, 2015). 

Asimismo, se encuentra también que durante la ejecución de este tipo de conductas, hay una mayor actividad en áreas cerebrales dopaminérgicas (Han, Kim, Lee, Min y Renshaw, 2010; Ko et al., 2009), por lo que estas personas encontrarían en ellas una gratificación en su ejecución, y necesitarían cada vez un tiempo mayor de exposición a estas conductas como medio para compensar estos bajos niveles dopaminérgicos. En relación a lo anteriormente comentado, en un estudio realizado por Liu y Lou (2015), se encontró una correlación positiva entre el tiempo semanal que pasa una persona con adicción a internet en línea y los niveles de dopamina en sangre. Se observó que cuanto más tiempo pasa una persona conectada a internet, se produce un aumento de los niveles de dopamina en sangre. Sin embargo, esta correlación positiva entre tiempo de conexión y niveles de dopamina en sangre parece ser que no se da de forma continuada en el tiempo, produciéndose a largo plazo el efecto contrario, es decir, una mayor estimulación provocaría una disminución de los receptores de dopamina (Peper, 2009), denominándose este fenómeno como tolerancia.

Bibliografía

Luis, M. (2016). Aspectos neurobiológicos de la adicción al internet y las redes sociales. Tesis de tercer nivel. Universidad de Jaén: España. 

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